Cuando se trata de los problemas a los que nos enfrentamos como humanidad, tenemos dos deberes.
El primero es saber.
En un mundo donde la información es cualquier cosa menos confiable, tenemos que esforzarnos por obtener la verdad sobre los desafíos a los que nos enfrentamos, de instituciones que no estén política o ideológicamente sesgadas, y de personas que no tengan miedo de lidiar con problemas que no son nada fáciles de manejar.
El segundo deber que tenemos es conservar la esperanza. Nosotros, los vivos de hoy, podemos -y debemos- negar el hecho de que la historia es un conjunto de proyecciones basadas en nuestro comportamiento pasado proyectadas hacia el futuro. Estamos presentes aquí y ahora, y podemos modificar cualquier predicción cambiando nuestra forma de hacer las cosas a partir de este mismo momento.
Hay una tercera cosa que, no siendo un deber, puede ayudarnos a cumplir las dos obligaciones.
Necesitamos dejar de ver el mundo como un lugar jerárquico y empezar a trabajar juntos, como uno solo. Las instituciones están formadas por humanos, las organizaciones religiosas están formadas por humanos. Las empresas están formadas por humanos.
Y luego estamos los humanos.
Necesitamos volver al “humano” como la unidad de un sistema de medición común para que todos podamos, al mismo nivel, combinar esfuerzos que sumen, independientemente de la perspectiva desde la que se realicen.
Hay una cuarta cosa que no es un deber, ni siquiera un consejo. Es más bien una exhortación, porque el tiempo en términos del mundo es limitado y por lo tanto precioso, pero hay algo aún más importante que eso: el tiempo de tu vida.
“Necesitamos volver al “humano” como la unidad de un sistema de medición común para que todos podamos, al mismo nivel, combinar esfuerzos que sumen, independientemente de la perspectiva desde la que se realicen”.
Ve y encuentra un lugar, una comunidad, un sitio web, un club social o la esquina de algún barrio que te permita poner en práctica todas estas cosas. Como generación, este es el papel que se nos ha dado, y es imperativo que encontremos, en nuestros propios términos, las herramientas que nos permitan participar de una manera relevante.
Hay un lugar libre ahí afuera esperando que tú lo ocupes.
Corre.
Pensado y escrito por Humanos,
25 de Mayo, 2024.