For humans by humans
Illustración © Alberto Ruiz Villar. 26082021’ · 131x97cm Acrylic, spray paint, graphite and gesso on canvas. Barcelona, 2022.

La velocidad es para unos pocos.

Exasperado por la lentitud con la que perfeccionaba sus propuestas el gabinete de gobierno, Winston Churchill -primer ministro inglés durante la segunda guerra mundial- solía decir: “Perfeccionismo suena a parálisis”.

La política, en su forma de expresión más pura, siempre ha sido lenta. Porque la lentitud es algo en lo que necesariamente hay que caer cuando se quiere que la mayoría de las personas sean beneficiarias de un proyecto determinado.

Hoy estamos en el lado contrario. Hoy el futuro está principalmente en manos privadas, con visiones cambiantes que se van imponiendo unas a otras.

A velocidad de vértigo.

Un día la propuesta es que dejemos todos el trabajo, otro día la previsión es que todos vamos a perder el trabajo; un día nos tenemos que mudar todos al Metaverso, otro, a Marte…..

Estos horizontes son puestos delante de nosotros sin ningún “manual de instrucciones”. Una vez se ha impuesto una idea de futuro, uno tiene que arreglárselas para llegar hasta él y, en el caso de que uno consiguiera hacerlo, corre el riesgo de que algún millonario aparezca con una visión contradictoria… y hay que volver a empezar todo otra vez.

Tanto en el campo de la IA, como en el de la transición energética, como en el de las finanzas, por poner algunos ejemplos, los cambios van tan rápido que mucha gente se va quedando por el camino, ya sea porque se da por vencida a la hora de comprenderlos o porque literalmente no puede seguir el ritmo impuesto.

Este es el futuro que queremos? Un futuro en el que “caben” sólo unos pocos?

No, no queremos eso. Y esto vale tanto para la IA, como para la energía, como para las finanzas…. Como para el activismo.

Necesitamos urgentemente participar todos en la mejora del mundo, si. Pero en este caso también muchas veces no es tan fácil hacerlo.

A diferencia de lo que sucede en otros sectores, lo que cambia no es el activismo en sí, sino las necesidades derivadas de los problemas. Parece que cuando nos hemos informado, tomado la decisión y conseguido los recursos para poder empezar a actuar, ya otro problema ha ocupado el lugar del primero y, exhaustos, sentimos que nos hemos vuelto a quedar fuera.

 

¿No sería ideal identificar una forma de activismo que fuera siempre la misma, de manera que permitiera nuestra participación en muchos de los temas que hay en el mundo desde “el mismo lugar”?

 

¿No es acaso necesario un activismo que no tome en cuenta filiación política, nivel cultural o económico, para que podamos ser asi la mayor cantidad de personas posibles, concentradas en estar unidas en lo más importante?

¿No sería genial poder “hacer” un activismo diario, simple y excitante, que por dinámicas y velocidad no dejara a nadie fuera?

Sería un poco lento poner en marcha un proyecto así.

Pero sería para todos.

Y sí, sería genial.

Pensado y escrito por humanos.

11 de octubre del 2024.

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